Ubicada en la encantadora Piazza Santa Felicita, justo al lado del famoso Ponte Vecchio, la Chiesa di Santa Felicita es un verdadero tesoro de Florencia. Este lugar de culto, que data del siglo XVIII, se erige sobre los cimientos de una iglesia del siglo IV, y es famoso no solo por su rica historia, sino también por su conexión con la familia Medici, quienes asistieron a misa aquí. Su fachada modesta contrasta con la belleza artística que se encuentra en su interior, donde los visitantes pueden maravillarse con obras maestras de Jacopo Pontormo.
La Chiesa di Santa Felicita no solo ofrece un espacio para la contemplación, sino que también es el hogar de dos de las obras más significativas de Pontormo: 'La Deposición de la Cruz' y 'La Anunciación'. Estas piezas, ubicadas en la Capponi Chapel, son un testimonio del genio artístico de su época. Al entrar, los visitantes pueden activar la luz para iluminar estas impresionantes obras simplemente insertando una moneda de un euro, creando una experiencia casi mágica en el corazón de Florencia.
- Horarios de apertura:
- De lunes a sábado de 9:30 AM a 12:30 PM y de 3:30 PM a 5:30 PM. Cierra los domingos y festivos.
- Acceso:
- La iglesia es accesible para personas con movilidad reducida.
- Entrada gratuita:
- No hay tarifa de entrada para visitar la iglesia.
- Significado cultural:
- La fachada de la iglesia está cruzada por el Corredor Vasari, que permitía a la familia Medici asistir a misa sin mezclarse con el público.
Los visitantes de la Chiesa di Santa Felicita elogian consistentemente su rica historia, sus tesoros artísticos y la atmósfera serena que se respira en su interior. La conexión de la iglesia con la familia Medici y las obras maestras de Pontormo son aspectos destacados en muchas reseñas. Muchos consideran que este es un lugar perfecto para los amantes del arte y los entusiastas de la historia que buscan un refugio tranquilo en el bullicio de Florencia.
La Chiesa di Santa Felicita, ubicada en el corazón de Florencia, es una de las iglesias más antiguas de la ciudad, con orígenes que se remontan al siglo IV. A lo largo de los siglos, ha experimentado numerosas renovaciones y transformaciones, siendo la más notable la realizada en el siglo XVIII bajo la dirección del arquitecto Ferdinando Ruggieri, quien le dio su actual apariencia barroca.
- 4 d.C. : Establecimiento de la primera iglesia en el sitio, dedicada a Santa Felicidad de Roma.
- 11 d.C. : Reconstrucción de la iglesia con características góticas.
- 18 d.C. : Renovación por el arquitecto Ferdinando Ruggieri, introduciendo elementos barrocos.
- 16 d.C. : Decoración de la Capilla Canigiani por Bernardino Poccetti.
- 16 d.C. : Decoración de la Capilla Barbadori por Jacopo Pontormo.
La conexión de la Chiesa di Santa Felicita con la familia Medici es histórica, ya que el Corredor de Vasari pasa a través de su fachada, permitiendo a la familia asistir a la misa de manera privada. Esta particularidad no solo refuerza la importancia religiosa de la iglesia, sino que también destaca su relevancia en la historia política de Florencia.
Chiesa di Santa Felicita, located in the heart of Florence, is an 18th-century church built on the site of a 4th-century church. This stunning establishment is known for its rich historical significance and connection to the Medici family, making it a must-see for art and history enthusiasts.
• Rich historical significance
• Home to masterpieces by Pontormo
• Connection to the Medici family
• Free admission
• Wheelchair accessible
• Limited opening hours
• No on-site café or restaurant
Art lovers, history buffs, and those seeking a peaceful retreat from the bustling streets of Florence will find Chiesa di Santa Felicita to be an ideal stop.
Visitors should note that the church has limited opening hours and no café or restaurant on-site. A small fee of 1 Euro is required to illuminate the stunning painting by Pontormo upon entry.
Chiesa di Santa Felicita offers a serene atmosphere enriched by its artistic treasures and historical context. While it may lack some modern amenities, the experience of standing in a space once frequented by the Medici family is truly unforgettable.
